Quizás si estuviera en otro sitio, pasaría desapercibido, pero estando donde está, creo que es la mejor opción de la zona. Es un restaurante que pertenece a un hostal y se nota en la decoración; no es muy acogedor, pero se come bién. He estado dos veces y mejor la primera que la segunda, en la última se me fué un poco la cabeza y elegimos el pescado recomendado en el apartado de sugerencias ( error). De cualquier forma las raciones son abundantes y todavía tengo buén sabor de boca de su lechazo al horno ( sobresaliente), buena ración de morcilla, buenas croquetas y en invierno imprescindible sopa de ajo de la abuela. Relación calidad preciomuy buena, es un restaurante barato, y en cuanto al servicio siempre nos ha tocado una camarera extraordinaria, tanto en el trato humano ( ibamos con una persona mayor) como en el servicio.